La expresión “Ghosting” engloba todas aquellas prácticas que consisten en interrumpir de forma inesperada la comunicación con alguien con quien se venía teniendo una relación afectiva. Suele pasar sin cualquier aviso previo ni justificación aparente. Cualquier intento de contacto por parte de la persona “ghosteada”, queda sin respuesta, se ignora o incluso se boicotea. Puede ser intermitente (la otra persona puede aparecer y desaparecer durante semanas o meses) o bien definitiva.
No es que sea un fenómeno en si mismo nuevo, pero si que el uso de las nuevas tecnologías lo han hecho más recurrente y visible. Actualmente pasamos mucho tiempo de nuestras vidas en las redes sociales, usando dispositivos móviles, espacios que de alguna forma aumentan la sensación de rechazo, ya que muchas veces la persona se muestra conectada, pero sigue ignorando tus contactos.
Tal como nos comentas, por tu vivencia, se trata de una forma de violencia, ya que impide una de las personas de la relación de hacer el cierre, dejando una situación de incertidumbre, que tiende a alimentar la culpa y el malestar. Al evitar el conflicto que puede generar el final de una relación, se está huyendo a la responsabilidad inherente a un compromiso relacional.
En una situación de “ghosting” hay que travesar un periodo de duelo, como en cualquier final de relación, pero sin tener las respuestas sobre los motivos de la ruptura. Este desaparecer se vive como rechazo, lo que provoca dolor y es por eso, que los procesos de duelo se tienden a alargar más de lo habitual. Además, vivirlo puede afectar las relaciones futuras, instalando la inseguridad. Por eso también es importante, como en otras formas de violencia psicológica, visibilizar y dar un espacio a las mujeres para compartir esta vivencia y los sentimientos negativos generados.
A nivel de proceso personal puede ser importante trabajar la autoculpabilidad generada una vez vivida una situación de “ghosting”. Puede ser útil repensar cuan significativo era ese vínculo para ti, si esta relación se estaba desarrollando desde una óptica saludable, en la cual, las dos personas comparten, también, la responsabilidad de ponerle fin.
– EQUIPO SIEMPREVIVAS