La trata de seres humanos es una violación de los derechos humanos, aunque, hace una década, en nuestro país, no se percibía así por la mayoría de la sociedad.

Sin embargo, a día de hoy, el tema parece no ser percibido por la ciudadanía como un problema latente y cercano, y la sociedad todavía no sabe identificar con claridad cómo y en qué medida este problema está afectando a su ciudad.

Es evidente que, por las características de este tipo de delito, no somos todos competentes para identificar las víctimas de trata, sin embargo debemos tener presente que es una realidad que está en los más variados sectores de una sociedad, y que no podemos ignorar una situación que afecta más de 40 millones de personas, principalmente mujeres y niñas (71% de los casos).  

Un error en el que incurre la sociedad en relación a esta problemática, es pensar que las victimas de trata son muy pocas y que es más importante la persecución de los delincuentes que la protección de la víctima. Esto es porque siempre se ha visto este delito como muy grave pero siempre des del punto de vista de los grupos criminales, ya no tanto desde el de las víctimas.

Las víctimas son consideradas como tales cuando acuden a declarar y delatan a sus tratantes.

Con esto identificamos un primer problema para la protección efectiva de las víctimas. Esto nos muestra que el interés del sistema judicial a la hora de proteger a las víctimas es simplemente el de descubrir y enjuiciar a los responsables, y no el de proteger ni de resarcir a las víctimas proporcionando una compensación por los abusos que les han generado graves problemas de salud, tanto física como psicológica, y económicos.

Pero la realidad es que ser víctima de trata de seres humanos con fines de explotación sexual y denunciar a la policía no es nada fácil, por eso consideramos que la protección a las mismas esta deficientemente garantizada en nuestro sistema.

Aun así, muchas deciden declarar su situación ante el sistema para poder ser reconocidas como víctimas.  Ser consideradas victimas ES reconocer el sufrimiento constante a los abusos físicos, mentales y económicos que ponen en peligro tanto su vida como la de sus familiares, y frente a esto, la Ley considera que deben ser compensados.

Si las víctimas no quieren colaborar con la justicia para que esta pueda perseguir penalmente a los delincuentes, el procedimiento de protección se acaba. Así de injusto.

Según el informe “Justice at Last-European action for compensation for victims os crime Project”, solo 1 de cada 4 personas reconocidas como víctimas de trata perciben una compensación justa que les permite retomar su vida con mejores condiciones.

Para procurar que las victimas tengan protección durante todo el procedimiento de identificación y restablecimiento es necesario se les proporcione una información y apoyo ajustada a sus necesidades lingüísticas, inseguridades e incertezas que puedan tener durante este proceso. Además, es necesario que para que todas las víctimas de trata tengan una compensación digna, se embarguen, desde un primer momento, los bienes de los delincuentes. Para ello es necesario que se identifiquen, se procesen y evitar que estos trasladen sus activos al extranjero.

Finalmente, consideramos que la manera de abordar la problemática de la trata debe enfocarse prioritariamente a las víctimas, muchas veces olvidadas e instrumentalizadas.

EQUIPO SIEMPREVIVAS