He salido de una relación de tres años en la que he sufrido maltrato psicológico y después de unos meses lo que más me preocupa son dos cosas: la primera es ¿por qué no fui capaz de romper antes con esa relación y me dejé llevar por ese espiral tóxico solo esperando a que las cosas mejoraran cuando en realidad iban de mal a peor…? la segunda es ¿por qué después de salir de ella he estado tanto tiempo con ese sentimiento de culpa, de que la relación no ha funcionado por mi culpa? No me quiero volver a encontrar en esta situación a la que me ha costado mucho etiquetar como maltrato psicológico. Gracias por vuestra ayuda.

Respuesta

Gracias por tu confianza. El sentimiento de culpa que compartes con nosotras es uno de los sentimientos más comunes entre las mujeres que viven o han vivido una situación de violencia. Esta vivencia es el resultado de una educación y una transmisión de roles que nos sitúa a nosotras mujeres en una posición de entendimiento y de responsabilidad por el cambio del «otro», por la supervivencia o el fracaso de la relación, incluso habiendo maltrato.

Aunque hayamos asistido a una evolución legal, siguen habiendo muchas razones que pueden hacer difícil salir de una relación abusiva, entre ellos, la misma educación que comentábamos anteriormente, nos puede hacer sentir «menos mujeres»,  o ser calificadas por nuestro entorno como «mujeres raras», «histéricas» entre otros calificativos,  si no estamos en pareja. Todo ello nos conduce al sentimiento de culpa y a la vergüenza a la hora de denunciar, juntamente con la soledad y el aislamiento, común a muchas mujeres y resultado de la ausencia de redes de ayuda y suporte.

Existen también formas de violencia todavía muy normalizadas, como pueden ser algunos ejemplos de maltrato psicológico. Es muy común que el agresor tenga un comportamiento en sociedad muy diferente a aquel que tiene en la relación de intimidad, además que, y sobre todo en el inicio de una relación de pareja, el maltrato puede asumir formas muy sutiles, no inmediatamente identificables como violencia.

Para muchas mujeres recuperarse de una relación de violencia requiere tiempo y un trabajo personal que puede incluso pasar por la ayuda profesional de un/a psicólogo/a, ya que sufrir violencia de forma continuada tiene un impacto en la salud, tanto física como psicológica.

Sin duda, tu consulta nos ayuda a romper esta normalización y este silencio, a traer a la luz estas vivencias violentas y el camino personal de fuerza y superación de tantas mujeres, que como tú, han salido. Poner nombre a las violencias es avanzar, por nosotras y por nuestras amigas o conocidas, por todas las mujeres. Esto se llama sororidad.