LA CULPA

La culpa cobra un papel muy importante en las vivencias de las mujeres en la sociedad, especialmente en aquellas relacionadas con las violencias machistas.

Conceptualmente, se trata de un estado afectivo en el que se experimenta un conflicto por haber pensado, sentido o hecho algo que creemos que debíamos haber cometido. Aparece una pelea interna entre lo que nos gustaría hacer y lo que debemos hacer.

Este sentimiento nos oprime y es difícil de disipar, de esa opresión sale muchas veces la ansiedad. El cuerpo está sometido a mucha tensión emocional que se acumula en el pecho en forma de ahogo, falta de respiración, taquicardias. Pero esta ansiedad no es el problema, la ansiedad es solo un mensajero que nos dice: ¡Déjame salir! ¡Déjame gritar! ¡Déjame correr! ¡Déjame ser libre! ¡Déjame en paz!

La culpa también nos puede llevar a la tristeza, a la apatía, a no tener ganas de hacer nada, a la depresión. Y es que en esta pelea emocional nos sentimos encerrados en un callejón sin salida y se van mermando nuestras fuerzas, debilitándonos, haciéndonos cada vez más pequeñas. 

En la culpa, una parte de nosotras, una voz, nos dice “no deberías haber hecho esto o deberías haber hecho lo otro” y este mensaje normalmente es un mensaje aprendido, interiorizado, de nuestra familia, de la sociedad, de la pareja, que nos dice qué está bien y que está mal, que se debe hacer y que no se debe hacer. Es importarte darse cuenta que, aunque la voz de la culpa está dentro de nosotras , no es nuestra voz, es una voz impuesta, interiorizada, sustentada por  el miedo y la manipulación de la otra persona para que sientas miedo, para que no seas libre y te mantengas sometida a sus deseos y no a los tuyos propios.

Y en este caso hay que tener en cuenta que vivimos bajo un sistema patriarcal, donde hemos recibido una educación donde los hombres mayoritariamente culpan a las mujeres (madres, esposas, compañeras, hermanas…), no se responsabilizan de su malestar, sino que lo lanzan hacia afuera, hacia las mujeres. Y las mujeres se culpan a sí mismas, sostienen su malestar, su responsabilidad y se cargan también del malestar de los hombres.

LA CULPA EN LAS RELACIONES AFECTIVAS

En el caso de la pareja donde hay abusos y/o agresiones del tipo que sea, muchas veces hay detrás un comportamiento manipulador que comienza lentamente a sobrescribir la realidad, por ejemplo cambiando tus palabras para que suenen como si significasen otra cosa, acusarte de recordar cosas mal, afirmar que estás exagerando.

Algunas de estas frases que encierran una manipulación encubierta suenan así:

”No me entendiste bien”

”Te estás poniendo como una loca, eres demasiado sensible no es para tanto”

“Estás haciendo un drama”

“Con todo lo que yo hice por ti”

“Tu me hiciste hacer esto”

“Mira lo que me haces hacer”

“Me sacas de quicio y me pones nervioso y después mira…”

Esta manipulación erosiona lentamente tu capacidad de confiar en ti misma y en tus razonamientos. De esta manera él se asegura que ya no puedas ser independiente y tener tu propio criterio y opinión y que comiences a cuestionar tu propia credibilidad, a dudar de ti misma y a anularte asumiendo la culpa de todo.

Por eso es importante que te recuperes a ti misma, que recuperes tu voz, que te des un espacio para ti, puedes escribir a modo diario tus ideas, tus pensamientos, tus necesidades, compartirlos con alguien de confianza o escuchar tu cuerpo, el cuerpo no miente, pararte y tomar consciencia de cómo está el cuerpo, respira, date cuenta qué necesitas, qué te pide el cuerpo.

Probablemente te inunden mil pensamientos y preocupaciones, apártalos por un momento y escucha el cuerpo, haz diez respiraciones profundas y escucha tu cuerpo. Y poco a poco al darte unos minutos para ti, para tu cuerpo, irás creando un espacio para escuchar tus necesidades y e irás ganando en claridad y fortaleza.

Si tienes cualquier duda o si necesitas algun asesoramiento psicológico, o deseas solo compartir tu experiencia, nos puedes enviar un mensaje en APOYO ONLINE. Te recordamos que todas las consultas son confidenciales.