El Departament d’Interior de la Generalitat de Catalunya ha publicado los resultados de la Enquesta de convivència escolar i seguretat a Catalunya, en colaboración con el Departament d’Educació de la misma institución.

Esta encuesta se realiza cada cinco años y busca evaluar el impacto de la convivencia escolar en los cursos de primaria, secundaria obligatoria (ESO) y la postobligatoria centrada en el Bachillerato y el Ciclo Formativo de Grado Medio (CFGM).

Los resultados de este estudio muestran que, actualmente, la violencia escolar se manifiesta en gran medida de manera digital y cibernética. A partir de la ESO se evidencian más las violencias digitales hacia las mujeres, con una diferencia alarmante de casi 10 puntos entre chicos (19,8%) y chicas (28,7%).

En el contexto de las relaciones de pareja, un 34.1% de las personas encuestadas afirma haber sido víctima en algún momento de este tipo de interacciones, siendo el control sobre su dispositivo móvil una de las prácticas más prevalentes. Entre las relaciones de pareja jóvenes, las chicas son las más afectadas por este tipo de violencias, empezando por el control digital, pasando por los insultos y las humillaciones en presencia de amistades, y llegando a situaciones de violencia sexual.

Resulta preocupante que un 75.4% del alumnado de secundaria (ESO) reconozca que las personas de su edad sufren violencias sexuales. Esta percepción es especialmente alta entre las chicas (86%) en comparación con los chicos (64.8%), y puede atribuirse a varias razones arraigadas en las dinámicas de género y la estructura patriarcal y desigual de la sociedad.

Las violencias sexuales las siguen viviendo más las chicas y destacan los comentarios sexuales o con contenido sexual, la solicitud de imágenes con contenido sexual, los acercamientos o seguimientos incómodos, así como tocamientos con o sin amenazas o violencia. Las cifras varían sustancialmente según las etapas educativas, en la ESO un 22.2% de los chicos frente a un alarmante 58.5% de las chicas han experimentado algún tipo de violencia sexual, y esta brecha aumenta en Bachillerato o CFGM, donde un 25.1% de los chicos indican haber sido víctimas de la violencia sexual, frente al 74.5% de las chicas.

Esta realidad también se traduce en el 49.4% de las chicas que confirman haber cambiado su comportamiento y hábitos por miedo a sufrir una agresión.

Estos resultados reflejan la necesidad de un cambio estructural y cultural en la sociedad para abordar y erradicar todas las violencias sexuales. Que, de todos estos porcentajes tan elevados, solo el 4.3% se denuncie nos indica que debemos cuestionar y transformar estas normas y actitudes patriarcales tan arraigadas en esta sociedad que perpetúan la victimización y la impunidad ante estos delitos.