Cómo poner los cuidados en el centro en tiempos de confinamiento
En estos momentos de confinamiento, en los que existe la obligación de quedarse en casa (a excepciones según trabajo y para cubrir necesidades básicas), pueden aparecer diferentes emociones y situaciones difíciles de gestionar. Vivimos en un sistema capitalista cisheteropatriarcal basado en relaciones de poder y explotación que no nos permite desacelerar y desconectar del mundo productivo. Pero ¿qué hacemos cuando somos forzados a hacerlo.
Esta situación en la era de la tecnología y del “lo queremos todo para ayer” hace que estemos enfocadas en llenar el tiempo de otra forma también productiva, con mil actividades para mantener la mente ocupada, lo que nos expone a muchas violencias diarias normalizadas. En general, la vida gira entorno a una supervaloración de la productividad y a un consumo constante, ya sea productos, series, relaciones o TV. Cosas que nos desconectan de la naturaleza, de los cuidados y del conocimiento del Yo.
Por el contrario, en estos momentos de confinamiento, nos encontramos con una gran cantidad de tiempo que facilita el estar conectadas con nuestras emociones y sentimientos, a permanecer con nosotras mismas sin distracciones, a la autoexploración y al autoconocimiento.
También puede ser que estemos conviviendo con más gente y eso nos obligue a prestar atención y gestionar estas relaciones. Afrontar estas situaciones puede hacer que surja y agudice nuestra ansiedad, entremos en bucles de pensamientos negativos, de miedos o se generen muchos conflictos en casa.
Por este motivo, es importante tejer estrategias feministas, que pongan los cuidados en el centro de nosotras mismas, de nuestras vidas y de la gente que tenemos al lado y poder generar espacios saludables y horizontales que nos permitan sentir y gestionar tales situaciones.
Aceptar la situación y dar la bienvenida a lo que sentimos.
El primer paso para poder afrontar esta situación es aceptarla, permitirnos y dar la bienvenida a todas las sensaciones, emociones y pensamientos que puedan surgir. Es probable que en estos momentos afloren muchas emociones diversas: aburrimiento, tristeza, frustración, miedo, rábia… Si no los aceptamos y los bloqueamos generan reacciones que pueden ser poco saludables para nosotras mismas y para nuestro entorno próximo.
Si los aceptamos, podemos aprender de ellos, aprender de nosotras mismas. Es importante no buscar constantemente la forma de escapar de la situación y poder compartir lo que sentimos. Hay muchos factores que influyen en nuestro estado anímico a parte del confinamiento, como por ejemplo el ciclo menstrual. En este momento podemos sentir alteraciones en él y ver como lo que sentimos en las diferentes fases se aumenta. Es interesante poner conciencia en ello y aprovechar la ciclicidad para hacer actividades distintas y tomarse el tiempo cuando se necesite, aprender a compartir y combinar bien los momentos individuales y los compartidos.
Evitar la “sobreinformación”
Teniendo en cuenta el gran aluvión constante de los medios de comunicación y de las redes sociales acerca de la situación actual, es importante dosificar la información que leemos, no tener la tv abierta todo el día y no leer compulsivamente todo lo que aparece en las redes sobre el virus. Si quieres estar informada, puedes leer la información en las páginas oficiales y evitar empaparse de todo el resto.
Centrarse en el momento presente
Ante estas situaciones de incertidumbre, igual que en la mayoría de cosas de la vida que ocurren y no tenemos el control sobre ellas, es importante centrarse en el momento presente que vivimos, en cómo podemos nosotras gestionar el día a día del confinamiento y no realizar anticipaciones negativas. No tenemos el control del mundo pero tenemos el control sobre nosotras mismas y sobre como afrontamos las cosas. Una forma de conectar con el presente cuando nuestra mente nos inunda de pensamientos futuros es focalizar nuestra atención en nuestro espacio y tiempo actuales, mirar a nuestro alrededor, observar las cosas que tenemos a nuestro lado, pensar en que olores existen en el espacio que estamos, observar nuestro cuerpo, qué sentimos, qué tenemos tenso. Aprender o practicar técnicas de respiración consciente nos puede aliviar, ayudar a mantener la ansiedad controlada, centrarnos en nuestro cuerpo y no en los pensamientos y mantener el cuerpo y cerebro oxigenados.
Gestionar los espacios comunes
Puede ser que hasta el momento no haya hecho falta hablar de cómo se gestionan los espacios comunes del hogar, ya que el día a día puede estar repleto de actividades y los espacios comunes quedan relegados a momentos puntuales. Con el confinamiento, estos espacios pueden ser lugares idóneos para vaciar nuestras frustraciones y despertar conflictos. Pero por otro lado, también pueden ser un buen lugar para comunicarse, para poder hacer actividades compartidas y para que sea un espacio de cuidados. Para esto, es importante respetar los hábitos y los límites de cada persona. Escuchar activamente a las demás y comunicarse de forma asertiva. Es importante comprender que la situación no es fácil para nadie y que desde el amor y el cuidado mutuo podemos mantener espacios más saludables y seguros. Podemos generar diferentes ambientes en la casa y utilizar estos espacios compartidos para hacer cosas creativas, para hacer ejercicio y para compartir con las demás personas actividades o juegos que antes no teníamos tiempo de hacer. La creatividad es esencial para gestionar y afrontar tanto las emociones como las diversas situaciones y momentos de la vida.
Momentos de intimidad
En estos momentos, y sobretodo las personas que conviven con la pareja, familia o varias personas, es importante poder tener momentos de intimidad. A veces compartimos habitación y eso se complica, pero podemos generar estos espacios hablando con las otras personas y organizando los tiempos para que cada una tenga un espacio concreto sin que nadie la moleste.
Tomate tu tiempo
Desde que ha empezado el confinamiento que nos están llegando constantemente y por todas partes actividades para hacer, cosas que leer, series que mirar, encuentros por whatsapp, retos por instagram… todo eso tiene una parte positiva pero también nos distrae y desconecta de nosotras mismas. Es igual de importante tener momentos en los que no hagas nada, aprender a aburrirse y simplemente estar presente y ver qué cosas nos afloran. Esto supone un gran aprendizaje que el hecho de sobresaturarse el tiempo con actividades o mirando el móvil, nos impide realizar. Es importante mantener un equilibrio y poder tomarte tu tiempo. Intenta no entrar en bucles adictivos con una actividad concreta como podría ser jugar a la play o ver series. Promueve tu creatividad y diversifica tu tiempo.
Hacer ejercicio en casa
El hecho de estar encerrada en casa y salir muy poco hace que el ejercicio y movimientos corporales se vean reducidos. Por este motivo es importante poder hacer ejercicio en casa, no importa cuál sea. Buscar algo que nos guste, hacernos una rutina y llevarla a cabo de forma regular. El ejercicio produce endorfinas, dopamina y adrenalina que nos ayudarán a sentirnos mejor, dormir mejor y mejorar el estado de ánimo. También podemos compartir estas actividades con personas con las que convivamos.
Cuida lo que comes
Dentro de las posibilidades de cada persona, es importante poner atención en la alimentación. La comida tiene un efecto directo en nuestro cuerpo y en nuestras emociones. Es importante poder comer alimentos que refuercen nuestro sistema inmunitario, disminuir los alimentos con azucares refinados, consumir alimentos ricos en vitamina C y alimentos que eleven la serotonina como piña, tomates o lentejas.
Cuidar nuestras redes de apoyo
Cuidarse mutuamente con las personas que convives, llamarse por teléfono o hacer videollamadas es importante. Escuchar, aceptar y acompañar lo que nosotras sentimos y lo que sienten las personas de nuestro alrededor sin juzgar nos puede ayudar a mantener y cuidar nuestras redes de apoyo. En estos momentos es importante confiar en nuestras redes de apoyo, poder expresar nuestros miedos, nuestros pensamientos y sostenernos entre todas. También puede que en estos momentos se generen tensiones y se tengan opiniones contrarias sobre las situaciones sociales y personales que se están dando. Es importante no imponer nuestras ideas a las demás personas, no juzgar e intentar mantener una actitud de cuidado y responsabilidad colectiva que nos beneficie a todas.
Hay personas que no tienen redes de apoyo o que están solas en sus casas, en estos casos y en otros en los que se necesite un apoyo extra, es aconsejable contactar con servicios de acompañamiento psicológico gratuito telefónico o con otros servicios de soporte.
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