Esta semana hemos sabido por diversos medios de comunicación que, desde 2003, cuando se empezaron a registrar las estadísticas de las violencias de género en España, han sido asesinadas cerca de 1.000 mujeres a manos de su pareja. Sin embargo, sabemos que los números de feminicidios son mucho más altos, ya que incluyen mujeres que no tienen – o que no se logró probar – cualquier vínculo afectivo con sus asesinos. Por cuenta de esta alarmante situación y sabiendo que la violencia cometida contra las mujeres es un atentado y una violación de los derechos humanos, proponemos una reflexión del papel de los medios de comunicación en esta problemática. La información que nos llega, nos presenta una visión real de los hechos o perpetúa una visión de la mujer victimizada y sexuada, y contribuye a reforzar los estereotipos y las desigualdades?
Según la ONU una de cada tres mujeres viviremos violencia machista a lo largo de nuestra vida. Es indispensable que haya un cambio en la manera de transmitir el mensaje, ya sea desde la prensa, la radio, el cine, la publicidad o la televisión, porque son ellos los primeros en formar opiniones siendo directamente responsables por construir un mensaje que ayuda a continuar con el discurso machista.
Cuando se escribe una noticia, se puede hacer de muchas maneras y existen diferentes variables a tener en cuenta que muchas veces pasan desapercibidas, principalmente en los casos relacionados con las violencias contra las mujeres. Tener perspectiva de género es esencial en estos casos y los medios de comunicación tienen la responsabilidad de ofrecer una mirada que deje de culpabilizar a la víctima y excusar o estereotipar al agresor. Es común ver en los mismos medios un estereotipo muy marcado de hombre que ejerce la violencia, otorgándole siempre unas características sociales, culturales y económicas que centran – y de cierta manera buscan justificar- los actos violentos en un solo perfil de hombre. Este tipo de mirada refuerza la idea de excepción, de violencias puntuales, ignorando completamente el hecho de que la violencia machista es estructural y no tiene perfil definido.
Un ejemplo lo encontramos en el lenguaje, que es fundamental a la hora de informar. El simple hecho de cambiar palabras como ‘asesinada’ por ‘muerta’, diluye la responsabilidad del asesino y quita totalmente su protagonismo y papel de agente activo. La forma en que se habla de los protagonistas es esencial para fomentar la construcción de una realidad más justa y equitativa. Palabras como ‘celoso’ o ‘bebedor’ exculpan al hombre de sus acciones, y describir en la noticia a la mujer como ‘joven’, ‘guapa’ o que ‘salía mucho de fiesta’, nos da a entender de forma indirecta que hay una culpa por parte de la víctima y que el crimen está de cierta forma justificado.
Del mismo modo, el titular de una noticia ayuda a construir el ideario de las personas con relación a los papeles que juegan el hombre y la mujer en los feminicidios. Éstos acostumbran a poner el foco de atención en la mujer como sujeto de la acción, como, por ejemplo, el común titular con ‘mujer asesinada’ o ‘mujer aparece muerta’. También subrayamos los casos en que el crimen es mencionado bajo únicamente el concepto de la violencia machista, un concepto más bien abstracto como: ‘muere mujer por motivos de celos’. En todos estos casos, el autor de los hechos queda en un segundo plano y en ocasiones ni se menciona.
Las imágenes que acompañan a las noticias son igualmente importantes, se ha observado que cada vez más se usan fotografías relacionadas con las víctimas: el lugar de los hechos, el portal de su casa, fotos que pueden ayudar a identificar a la víctima, vulnerando su seguridad y todas las recomendaciones.
También queremos subrayar la importancia del hecho de que cuando se da un crimen perpetrado por un hombre inmigrante, su nacionalidad sea parte de la noticia, ya que se puede pensar que hay culturas donde la violencia machista está más presente, y se pierde de vista el hecho de que es un problema estructural que afecta a las mujeres de todo el mundo.
La violencia por razón de género es un problema preocupante, por eso necesitamos que los políticos se posicionen y consigamos un compromiso social firme. Tenemos que exigir a los medios de comunicación que eliminen los estereotipos de género y dejen de trivializar sobre el círculo de la violencia machista.
EQUIPO SIEMPREVIVAS