Durante el año 2022, se han podido ir leyendo muchos titulares en torno a una misma temática, los pinchazos (sumisión química) a mujeres en las discotecas o en un entorno de ocio nocturno. Este fenómeno es conocido también como needle spiking o injection spiking. La sumisión química es básicamente administrar una droga a una persona sin su consentimiento para modificar su estado. Estas agresiones no son nuevas, aunque se han incrementado notablemente las denuncias y este verano ha tenido una importante relevancia debido a la repercusión social y sanitaria que está teniendo.
Cuando nos encontramos con esta clase de situaciones, se generan consecuencias significativas para las mujeres que las viven; consecuencias físicas como mareos, cansancio, temblores, malestar… psíquicas como la amnesia. Lo que observan muchas de ellas al día siguiente es un pequeño hematoma en la zona donde ellas notaron el pinchazo. Cuando acuden a un servicio de salud se les confirma su sospecha. Incluso en algunas se les puede detectar que tipo de sustancia le han inyectado dependiendo del tiempo transcurrido desde el hecho.

Por otro lado, estas violencias ejercidas contra la mujer están generando consecuencias psicológicas y sociales al resto de mujeres. La situación conlleva sentimientos de miedo y preocupación. Es normal que todas nos sintamos intranquilas por lo que pueda suceder después y que, finalmente, las mujeres nos vayamos alejando o sintiéndonos desplazadas de los espacios de ocio y amenazadas al ir a estos. A esto se le suma las ideas de la sociedad patriarcal en la que vivimos, tales como “no volver solas de noche”, “no salir de fiesta solas”, “no volver a casa a altas horas de la madrugada sin que alguien nos acompañe”, “no volver bebidas”, “no tomar drogas”…

Si eres o has sido superviviente de un pinchazo en contra de tu voluntad, ¿qué puedes hacer?

Lo primero que debes tener en cuenta es que no eres la culpable de nada de lo ocurrido. Todos los sentimientos que te surgen son normales, pero no deberías ser tú la que se sienta avergonzada, no lo ocultes, no es culpa tuya.

Si te das cuenta de que te sientes rara mientras estás en la discoteca, empiezas a sentirte mareada, pide ayuda a una persona conocida. La idea de ir a casa directamente es la más común, pero no es la mejor opción. Te recomendamos que acudas a un Centro de Salud lo antes posible y a poder ser acompañada, ya que estos procesos son emocionalmente difíciles de pasar y te irá bien estar acompañada.

Si te das cuenta a la mañana siguiente de los hechos, te recomendamos que acudas al centro médico más cercano posible, indicando lo sucedido al personal sanitario y solicitando que te realicen un análisis de sangre o de orina y todas las pruebas pertinentes.

El centro sanitario puede proporcionarte soporte psicológico. Tienes a disposición la red pública de atención a las violencias machistas presentes para poder explicar y sentirte acompañada en esta situación que puede generarte miedo y preocupación, dos sensaciones totalmente comprensibles y normales cuando ocurren situaciones así. También puedes dirigirte a cualquier comisaria a denunciar la agresión.

También puedes llamar al teléfono gratuito 016 para obtener más información y apoyo.

¿Cómo actuar si eres una persona que detectas una situación así? ¿Cómo puedes ayudar a la persona que se encuentra en esta situación?

Dar apoyo y atención a la persona agredida. Cualquier emoción o sentimiento es válido en esos momentos altos de ansiedad. Es posible que ella necesite compartir como se siente y lo que le ha ocurrido, pero es igual de lícito que la víctima no quiera compartir el hecho traumático, es importante que te mantengas a su lado, mostrando apoyo o simplemente dejándole claro que estás ahí para lo que necesite y darle el espacio físico que te pida.

Es importante también no dejarla sola y en caso de que ella quiera, puedes acompañarla a denunciar a la comisaria más próxima.

Cuando somos conscientes de que sufrimos, hemos sufrido o sufriremos alguna situación de violencia sexual, podemos empezar a tener cuidado de nuestro espacio personal. Podremos centrar esfuerzos en dedicarnos más tiempo y espacio para comprender la experiencia que hemos vivido o que ha vivido alguien cercano a nosotros. De esta manera lograremos poder cuidarnos, sin olvidar que podemos recurrir a otras mujeres para seguir dando pasos hacia delante, ya sea individual o colectivamente.

También hay que recordar que puedes realizar este proceso de manera individual, aunque también existen recursos disponibles en tu zona a los que puedes acceder si necesitas acompañamiento en esta situación.