Pese a los cambios legislativos ocurridos en los últimos años donde se han aprobado diferentes instrumentos relacionados con las violencias machistas y sobre los derechos de los menores, sigue sin haber normativa específica para la violencia machista ejercida a las adolescentes. Además, la poca normativa existente no es vinculante ni abarcan toda la problemática.

Tal y como describen en el informe Drets de les dones adolescents davant la violencia masclista en les relacions de parella o situacions anàlogues del Institut Català de les Dones, es importante realizar un marco normativo para estos casos.

Las adolescentes deben tener protección por la doble vulnerabilidad que sufren por el hecho de ser menores de edad y vivir una situación de violencia machista. Añadiendo el peso que supone que por su edad habitualmente comparten barrio, colegio, amistades… con el agresor.

Sin este marco normativo se deja a la víctima desprotegida, ya que existen diferencias en los criterios jurisprudenciales. Por ejemplo, es imprescindible que, en el ámbito de la violencia, se facilite el acceso a las adolescentes, ya que actualmente es necesario el consentimiento de los padres o la persona que tenga su patria potestad para realizar la denuncia. Otro punto a tener en cuenta en el marco normativo es la edad del agresor, ya que si es mayor de edad se realiza el juicio en juzgados especializados en violencias contra las mujeres; sin embargo, cuando el agresor es menor de edad el juicio se realiza en juzgados de menores, que no están especializados en violencia machista.

Las recomendaciones que ofrece este informe y que todavía no se han implementado son:

  • Incluir a las adolescentes en todos los servicios especializados en violencia machista.
  • Generar medidas de protección y prevención más intensas para las adolescentes.
  • Realizar reformas legales para que todos los casos se traten en un juzgado especializado.
  • Regular de manera estatal y autonómica las situaciones de las adolescentes como víctimas de estas violencias.
  • Regular, como en el sistema sanitario, la autonomía del menor.
  • Desarrollar derechos procesales de los menores, en especial en los adolescentes.
  • Crear una Fiscalía para las víctimas menores de edad en situación de violencia machista.
  • Garantizar una formación específica sobre violencia machista en adolescentes para todos los profesionales que intervengan en el proceso.

Desafortunadamente, en el ámbito legal de las violencias machistas se avanza lentamente. Sin embargo, estas violencias no solo se perpetúan, sino que avanzan adoptando otras formas, como por ejemplo el ciberacoso, por ello es necesario elevar la velocidad de actuación y de protección para las víctimas.